Hace unos días pasamos el ecuador del mes de junio, acercándonos sin tregua al inicio del ansiado verano, sinónimo de luz, sol, descanso, playa, relax, ocio y como no, las esperadas vacaciones.
La realidad es que todo lo que nos rodea es agradable. Los días son tan largos que la sensación es que te da tiempo a hacer todo lo que tenías pendiente. Incluso el no tener jornada intensiva se hace más llevadero. Llegó el momento de desconectar.
Pero el verano no es solo una estación del año cualquiera. Es nuestro momento para poder disfrutar de todo lo que nos gusta. De vivir más.
La cabeza se llena de planes que poder hacer cada día y esperamos que llegue la fecha de hacer las maletas para el destino elegido, en el mejor de los casos, como lugar de vacaciones. Si no eres de los afortunados hay planes adaptados a todos los bolsillos, y que ayudan a combatir las altas temperaturas de algunos días. Eso sí, a partir de las 19 de la tarde.
Es el momento para sacar partido a las actividades lúdica/culturales. Las ciudades llenan sus agendas estivales de conciertos, festivales, teatros, exposiciones y cines de verano.
Sin embargo, también se relaciona con aspectos negativos como son la sequía, los incendios forestales, y a nivel particular quemaduras causadas por la exposición al sol e insolaciones. Suele ser una época en la que es difícil, debido a la reducción de personal, hacer cualquier tipo de gestión. Hasta ponerse enfermo es un riesgo. Un caso radical es el de los Juzgados, que cierran sus puertas todo el mes de agosto, lo que un mes de retraso en todos los procedimientos abiertos.
A esto se suma la clásica huelga de las compañías aéreas, que aprovechan el boom de viajeros para hacerse oír, perjudicando al usuario, que se convierte en víctima directa de las malas gestiones sin que las posibles indemnizaciones puedan paliar el daño moral causado.
Pero el verano a veces nos transmite nostalgia. Nos invaden los recuerdos y buscamos los reencuentros. Aprenderte la canción del verano y ver programas en bucle donde nos hacen el resumen de todas ellas es una cita inevitable y difícil de eludir. Al igual que ver reposiciones de alguna serie olvidada en un rincón de tu cabeza, o de revivir momentos gloriosos como la victoria de la selección en el mundial de fútbol.
El Sol, fuente de energía y de vida, es el protagonista del verano, y por ello se asocia esta estación con la madurez, ya que en ella el sol alcanza su máximo esplendor con el solsticio de verano y ahora empieza a declinar.
Para algunos es época de hastío, ya que coincide con el final del curso escolar, y las ganas de descanso dan pronto paso a largos días sin obligaciones. No los desaproveches, y saca tiempo para hacer actividades al aire libre o aprende a hacer algo nuevo.
Porque el tiempo hay que vivirlo y disfrutarlo al máximo, intentando ser cada día más feliz.
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
Antonio Machado