Que el Medio Ambiente preocupa cada vez más es un hecho. Y aunque parezca un tema de moda y cada vez haya más políticas medioambientales, lo cierto es que la preocupación está presente desde hace muchos años, y es ahora cuando empiezan a verse los frutos que la lucha contra la contaminación ha venido desarrollando.
Desde 1974 cada 5 de junio se celebra el Día Mundial Del Medio Ambiente, evento global liderado por la Onu, que busca sensibilizar a la población en temas medioambientales. Cada año se centra en un problema particular. Este año el tema es la contaminación del aire, y como anfitrión se escogió el pasado mes de marzo a China, país comprometido desde hace mucho tiempo en la lucha contra la contaminación ambiental, y que puede presumir de contar con el cincuenta por ciento de los vehículos eléctricos que existen en el mundo.
El objetivo es frenar el calentamiento global, haciendo que gobiernos, industria, países y personas se centren en encontrar soluciones para enfrentar este problema que nos afecta a todos, investigando y buscando energías renovables y medidas sostenibles.
Este día se ha convertido en un evento mundial, al que cada año se suman nuevos países, elaborando documentales, reportajes, exposiciones, cursos y conferencias sobre los avances que se producen para reducir la contaminación.
2019 es el año de la lucha contra la contaminación del aire. La presencia de productos químicos o compuestos, que, a ciertos niveles, suponen un riesgo para la salud, y que perjudican la calidad de la vida dañando la capa de ozono y el calentamiento global.
Las causas fundamentales vienen de la mano del hombre, a través de actividades como la minería, el trabajo industrial, la construcción, el transporte y la agricultura. En las casas, la quema en interiores de combustibles fósiles, madera y otros combustibles de biomasa para cocinar, calentar y encender fuegos ha aumentado. En casos locales, procesos naturales como incendios forestales y erupciones volcánicas, se unen a la contaminación ambiental.
La búsqueda de alternativas naturales y saludables son necesarios para reducir las causas que producen la contaminación atmosférica.
Sus efectos cada vez son más visibles. ¿Quién no ha notado irritación y tos cuando los niveles de contaminación suben en las ciudades? Las afecciones respiratorias cada vez las padecen más personas encontrando síntomas agudos y en algunos casos crónicos. La emisión de gases contaminantes de los coches, como el dióxido de carbono y el monóxido de carbono son fácilmente apreciables en las ciudades, donde la suciedad se hace visible en edificios y a cierta distancia se percibe sobre ella en forma de boina de contaminación, una nube “mortal” que está instalada permanentemente en muchas capitales.
En las plantas afecta negativamente a su crecimiento, encontrando metales pesados en aquellas que crecen junto a autopistas y carreteras.
La relación de la contaminación con el desarrollo de células cancerígenas está probado por la OMS, a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer(IARC) desde 2013, cuando se incluyeron las “partículas en suspensión” en la lista de carcinógenos humanos del Grupo 1.
La concienciación sobre este problema global es de todos, por eso cada vez encontramos más información y métodos para que, a nivel particular, cada uno de nosotros podamos ayudar a reducir los niveles de contaminación del aire. Los mejores métodos que podemos utilizar para limpiar el aire son el uso del transporte público, o en su defecto caminar, conducir de manera responsable, respetando los límites de velocidad y manteniendo el vehículo en perfectas condiciones, pasando sus revisiones y llevando los neumáticos correctamente inflados, usar vehículos de eficiencia energética, usar productos con bajo contenido de VOC, apagar las luces cuando no sean necesarias.
La protección y la calidad del medio humano es una lucha de todos, y dar prioridad a la mejora del planeta es la base para garantizar el futuro.