El trabajo en equipo es uno de los factores y puntos claves en el buen desarrollo de una empresa. Cada empleado forma parte de un engranaje, por eso es fundamental que todo marche al unísono, con coordinación y con un fin común. Por este motivo y con el fin de crear equipos unidos y comprometidos con la empresa surge el TEAM BUILDING. Aunque esta práctica lleva utilizándose desde hace décadas, su presencia en España no tiene una gran trayectoria.
Trabajar la motivación es uno de los puntos clave, a través de actividades relacionadas con el ocio y en enclaves llamativos fuera de la oficina. Se suma a este la mejora de la productividad, la actitud de los empleados y la comunicación entre ellos. Hay que valorar si es una necesidad para nuestra empresa, por eso es importante saber en qué consiste exactamente y que se pretende cuando se lleva a cabo. Un equipo coordinado y complementado es fundamental para conseguir los objetivos establecidos. La mejora de los resultados está demostrada si los trabajadores se sienten satisfechos y comprometidos con la empresa.
El Team Building, que tal y como su traducción literal refleja, es CONSTRUCCIÓN DE EQUIPO, pretende a través de actividades de distintas tipologías formar equipos, fortaleciendo y mejorando las relaciones interpersonales. Se ha convertido en una de las principales herramientas para mejorar el rendimiento, cohesionando al equipo y fomentando el vínculo profesional.
Desde la década de los años veinte del siglo XX se ha estudiado como las condiciones de trabajo y el ambiente influyen en la productividad. Fue así como en 1925 Elton Mayo, psicólogo industrial especializado en teoría de las organizaciones, desarrolló un experimento en la Western Electric Company, que pretendía determinar la relación entre la satisfacción del hombre y la eficiencia de los obreros en la producción. El estudio registraba datos reunidos en unas condiciones controladas. Los investigadores concluyeron que los empleados trabajan mejor si piensan que la gerencia se preocupa por su bienestar, por el trabajo que desarrollan y que por ello son objeto de estudio. Es lo que se conoce como efecto Hawthorne.
Todo el ambiente laboral influye en la productividad, por eso, los beneficios que se pueden obtener pueden de estas prácticas pueden ser sorprendentes.
Así es como podemos encontrar actividades cada vez más variadas, según el objetivo que se pretenda alcanzar: integrar a nuevos miembros, fomentar la confianza o resolución de problemas. Teniendo como principales beneficios la motivación, la pertenencia a un grupo, crear vínculos entre compañeros y aumentar la creatividad puedes encontrar actividades enfocadas a conocer a nuevos compañeros, superar retos, escape room, desafíos, juegos de confianza, actividades deportivas, concursos variados, desde los de cocina a los de baile o canto, incluso grabar un lipdub, o alguna escapada para desestresar a los empleados y fomentar el compañerismo. Muchas empresas hacen donaciones, y participan en campañas solidarias, pero pocas hacen partícipe de ello a los trabajadores, por lo que un voluntariado cooperativo es otra actividad con la que asentar los valores de la compañía.
No debe contemplarse el team building como algo ocasional, ya que es una experiencia que puede llevarse a cabo a diario, a través de reuniones de equipo, presentación de ideas y proyectos, dentro de la oficina. Todas estas acciones ayudan a detectar problemas, definir los roles y marcar objetivos con mayor claridad. Además de descubrir habilidades desconocidas en miembros del equipo.
El estado psicológico y físico influye directamente en el rendimiento laboral. Felices se trabaja mejor y se saca lo mejor de nosotros mismos. No es lo mismo trabajar en una empresa que formar parte de ella. Por eso cualquier gesto que refuerce el sentimiento de empresa y el trabajo en equipo garantizará el éxito en los objetivos marcados.