Tener la casa ideal es uno de los objetivos cuando buscamos una vivienda. Número de habitaciones y baños, luz natural, amplia terraza… Encontrar la vivienda que cumpla con todos nuestros requisitos y dentro de nuestro presupuesto es una difícil misión, por eso el que muchos futuros propietarios se planteen hacer una reforma es normal.
Existen muchas ideas y proyectos a los que podemos acceder a través de Internet y revistas de decoración, pero centrarse en qué es lo que realmente queremos es lo primero que hay que pensar y fijar, para alcanzar el éxito en una reforma integral.
Lo importante es hacer que nuestro nuevo hogar sea cómodo y funcional.
Hacer una reforma sin empezar por los cimientos es un error que muchos cometen cuando lo que se quiere hacer es un lavado de cara, ya que es una inversión que no se ve, pero que evita futuras averías. Instalaciones de fontanería y electricidad deberían ser lo primero que hay que valorar en el presupuesto de reforma.
Una manera de visualizar los pasos a seguir es planteárnoslos como una estructura de capas, donde tenemos que empezar por la más interna y llegar poco a poco al exterior, que será el aspecto final.
Priorizar nuestras necesidades es fundamental. Si vamos a tocar muros el diseño es muy importante para sacar partido a los metros con los que contamos. Por eso, el uso de cada habitación hará que le destinemos más o menos metros. El almacenaje hay que tenerlo en cuenta, ya que te ayudará a que todo pueda estar más ordenado. Salvo que te dediques a las reformas deberás contar con un profesional, una empresa especializada incluso con un arquitecto que te haga un buen diseño y sobre el que te presenten varios presupuestos. Son ellos los que te van a asesorar, e incluso reducir los costes. Si no tienes una idea clara es muy importante contar con profesionales que te van a presentar varias opciones.
Encontrar una empresa fiable y de confianza es complicado, por eso es aconsejable leer opiniones y ver trabajos realizados. Los contactos de amigos suelen ser una buena vía de inicio. No tienes que volverte loco pidiendo presupuestos, busca 3 empresas de confianza y céntrate en ellas. Déjate llevar por tu instinto y elige la que más seguridad te dé: no valores únicamente el presupuesto, estudia detalladamente cada partida, comprobando que todo esté desglosado y si necesitas abaratar costes, que sean fáciles de calcular.
Hay muchos profesionales que trabajan con calidad y ofrecen garantías; elige bien y así podrás disfrutar de tu reforma durante muchos años.
Algunas obras pequeñas no necesitan permisos, pero si vas a emprender una reforma integral lo normal es tener que solicitar alguno. Un buen profesional te ayudará y te informará de los trámites que tienes que realizar.
Una vez tomada la decisión de comenzar con la aventura de la reforma y evitar futuros imprevistos, es muy conveniente firmar un contrato en el que queden redactados aspectos tan importantes como el coste de la obra para evitar futuros imprevistos. Generalmente los presupuestos no suelen cerrarse, pero sí debe quedar constancia del precio unitario de cada concepto que no tiene que cambiar durante el proceso de reforma.
También es necesario fijar una fecha aproximada de ejecución de la obra, ya que en muchas ocasiones los retrasos crean tensión y pueden perjudicar el buen desarrollo de la reforma.
No hay que olvidar incluir los datos de la empresa, que realice la obra, como el nombre, domicilio y CIF. También los datos del propietario de la vivienda que se va a reformar.
Este contrato debe estar firmado tanto por el propietario de la vivienda como por la empresa que se va a encargar de realizar la reforma.
Participa activamente en el desarrollo de la obra, y si no te gusta cómo va quedando, informa cuanto antes, ya que va a ser tu futuro hogar, y mejor retrasarse unos días que lamentarlo durante años.