Petunias, jazmín, pensamientos o rosas saltan de los jardines a los fogones de los mejores restaurantes. Cocinar con flores es un arte que seduce y da color a la nueva cocina.
Los fogones de las más prestigiosas cocinas tienen en su haber nuevos y vistosos ingredientes: las flores. De distintas clases y sabores hacen las delicias de los mejores platos. El uso de estas bellezas del jardín resalta la llegada de la primavera a nuestras mesas y crean nuevas sensaciones en nuestros paladares. Descubrir y experimentar con nuevos ingredientes, texturas, aromas y colores es la meta de cualquier chef. Analizar cada condimento que se incluye en un plato es primordial para sorprender al comensal.
AROMAS HISTÓRICOS
Este arte culinario comenzó su uso como aporte decorativo de los platos. Nada ni nadie presagiaba que las flores serían un condimento esencial en la cocina actual.
Ya en la época clásica, las violetas o los pétalos de rosas formaban parte de los fogones más exquisitos. La cocina china y japonesa experimenta desde hace muchos años con distintas clases de flores, como la magnolia, el jazmín o la flor de loto.
Los gourmets más prestigiosos de la gran cocina francesa llevan ya mucho tiempo sorprendiendo a los paladares más distinguidos con sus elaborados platos. El uso de las flores en la gastronomía francesa alcanza a platos como las truchas, carnes, tortillas o sorbetes.
En España el boom de cocinar con flores es cada vez mayor y es en esta época, la primavera, cuando la explosión de sabores es más sobresaliente.
Los cocineros más prestigiosos, como Juan Mari Arzak, Elena Arzak, Paco Roncero, Carme Ruscadella, Martín Berasategui, Javi Estévez, Ferrán Adrián, Eva Arguiñano o Alberto Chicote se han rendido a los sabores exóticos, frescos y rompedores que aportan las flores.
Violetas, capuchinas, claveles, jazmín, hibisco o azahar, conforman los deliciosos ingredientes para los primeros y segundos platos, así como para los exquisitos postres.
CONSEJOS PARA COCINAR CON FLORES
Aventurarse a preparar platos con flores es algo que hay que aprender a hacer. No todas las flores de nuestro jardín son comestibles, por eso, cocinar con ellas requiere conocer de antemano unas normas culinarias básicas. Ante todo, consulta primero con un experto para que te indique qué flores son comestibles. Las flores de floristería no son las más idóneas para cocinar, ya que es habitual que al agua le añadan algún tipo de conservante para que se prolongue su duración. Estos conservantes son tóxicos para la salud.
Compra tan solo las flores que necesites para elaborar el plato así no sobrarán ninguna y no se secarán.
Si tienes tu propio jardín y quieres que sean tus propias flores las que aromaticen tus platos, es aconsejable que las cojas de día y con el tiempo seco. Así, seguirán manteniendo todo su aroma y frescura.
Lávalas con muchísimo cuidado en agua fresca para que los pétalos no se rompan. Después de haberlas lavado, cuélgalas para escurrirlas y déjalas secar. También puedes secarlas con mucho cuidado con una servilleta
Elimina todo aquello que no sean los pétalos, es decir, tallo, espinas, hojas y estambres, ya que son las partes que dan un sabor más amargo.
A la hora de cocinarlas es muy importante que dejen apreciar el sabor de lo cocinado. La base de cocinar con flores es que sean un acompañamiento que aromatice el plato principal, pero que nunca enmascare el sabor de los alimentos. Bon appétit.
DESPENSA FLORAR
El Crisantemo es una de las flores más antiguas cultivadas, que siempre ha tenido un lugar de honor en la cocina japonesa. Contrariamente a lo que piensa mucha gente, la esfera en la bandera japonesa no representa el sol naciente, sino el corazón de un crisantemo despojado de sus pétalos.
De perfume característico, el jazmín, es sin duda la flor más elegante. Las hay de dos colores: blanco, que son los que huelen y azules, que no huelen. La cocina china es famosa por experimentar con naturaleza florar en sus recetas con jazmín. Los pescados encuentran en esta flor una guarnición con estilo propio.
Su nombre proviene del árabe al-azahar, que significa flor blanca. Se cultiva generalmente en zonas de climas fríos, pero no extremos como la costa mediterránea, En su sabor destaca su toque a melaza, que le hace ideal para preparar postres y helados.
Con su profundo aroma y su delicioso sabor, algo ácido, los pétalos de rosa recuerdan al plato más literario y apasionado: las codornices con pétalos de rosa, el cual encendió la pasión de Gertrudis en `Como agua para chocolate´.
De textura delicada que casi se deshace en la boca, la flor del calabacín es conocida por su nombre italiano `zuccini´, siendo la flor más utilizada en la gastronomía mejicana e italiana.
Flor de origen hortícola cuya amplia variedad es fruto de la experimentación de una especie europea denominada la `madre de los pensamientos´. Esta flor realmente se llama viola tricolor o pensamiento trinitaria y destaca por la gran gama de colores de los que dispone.