Un día la abeja reina le dijo al resto de la colmena: estamos creciendo, cada vez somos más y ya no hay sitio suficiente para todos en esta colmena. Por eso es necesario que nombremos a una nueva reina y que un tercio de vosotras la acompañéis. Así podremos seguir aquí varios años más y a la vez fomentaremos el desarrollo de nuestra especie tan necesaria para el planeta.
La nueva reina fue nombrada y el enjambre emprendió su éxodo en busca de un lugar adecuado para establecer la nueva colmena. La misión era muy importante y peligrosa, pero todas sabían que el trabajo en equipo las llevaría a buen puerto. Todas tenían claro hacia donde tenían que remar y estaban convencidas de que la vida de cada una ellas eran igual de importante que la de resto. El objetivo de todas era el mismo: encontrar un nuevo hogar para ellas y poder seguir avanzando.
En una empresa a veces sucede lo mismo. Llega un momento que el volumen es tan grande que tiene que decidir qué hacer: estancarse o seguir creciendo. No crecer no significa equivocarse, ya que hay que ser conscientes de hasta dónde se puede abarcar para dar el mismo servicio a nuestros clientes sin restar en calidad. Y no hay que confundir este estancamiento con no adaptarse a la época que nos ha tocado vivir, obviando la era digital.
Aquellas empresas que optan por crecer tienen que tomar decisiones, pensar y meditar como hacer este cambio. Desarrollar el plan de expansión, personalizado con el tipo de negocio, estudiar la viabilidad para llevarlo a cabo y ver el entorno de acción. El análisis previo es fundamental para evitar correr riesgos, ya que se centra en el potencial de la propia empresa.
En 1957 el estratega Igor Ansoff desarrolló una matriz que se ha convertido en el punto de partida de muchas empresas a la hora de plantearse su expansión. Ansoff establece una relación producto-mercado basándose en los criterios de existentes (tradicionales) o nuevos.
El resultado son cuatro estrategias:
- Penetración en el mercado: persigue un aumento del consumo y/o ventas a través de la captación de nuevos clientes y renovación de los actuales con medios como la publicidad y las promociones. La empresa trabaja con los productos actuales que conoce y busca posicionarse y abrirse paso frente a tus competidores.
- Desarrollo de mercado: busca la expansión geográfica de nuestros productos actuales, identificando nuevos canales de distribución como puede ser la venta online.
- Desarrollo de productos: la empresa apuesta por nuevos productos según la demanda, centrándose en los mercados que opera. Así puede apostar por distintos modelos, calidades o gamas. Ofreces más opciones y variantes.
- Diversificación: Es la opción que más inversión puede requerir, ya que se busca la creación de nuevos productos en nuevos mercados. Es un riesgo que hay que valorar en última opción ya que se va a trabajar con productos que no se conocen.
Al igual que las abejas, que consiguen crear una nueva colmena, la empresa tiene que definir la estrategia y tener el objetivo claro. Mientras más información se tenga analizada (funciones, organización, servicios…) mejor se podrá personalizar. Conocerse y conocer a la competencia, para ver qué ventajas ofreces y te diferencia de los demás es vital. Tus puntos fuertes son los que han hecho que te estés planteado este cambio y ahora es el momento de enfatizarlos.
Hay que estudiar el mercado y ver las dificultades que te puedes encontrar.
Dentro del plan de acción hay que desarrollar un plan de inversión y gastos, financiero y de marketing. Ver las herramientas que son precisas para llegar a los objetivos, como la contratación de personal o valorar la ampliación de las instalaciones entre otras.
Compromiso + trabajo en equipo = LOGROS