Halloween es la festividad americana más conocida, y cada año cobra más fuerza en nuestro país. Encontramos señales de que se aproxima el 31 de octubre por todas partes. La decoración de telarañas, esqueletos y calabazas hacen su presencia en locales y establecimientos y como no, en nuestras casas.
Esta festividad se ha convertido en algo global, que se celebra en todo el mundo. El Halloween moderno, reinterpretado por Estados Unidos, ha cobrado gran fuerza. Sin embargo, su historia es antigua, está llena de leyendas y supersticiones, pero, ¿dónde está su origen?
Se cree que Samhain fin de año celta, celebrado el 31 de octubre, es la manifestación más antigua de lo que hoy conocemos como Halloween. Marcaba el fin del otoño y el comienzo del invierno, celebrándose la cosecha del final del año y el culto a los muertos. Las hogueras cobraban protagonismo junto con el sacrificio de animales. Era el momento en que la frontera entre el mundo de los vivos y de los muertos apenas existía. Espíritus y demonios se movían por ambos mundos.
En Irlanda y Escocia, los antiguos celtas usaban máscaras y atuendos para alejar a estos espíritus que querían imponerse a los vivos. Pintaban sus caras de negro y se vestían de blanco para imitar a fantasmas, ocultando su identidad. Esta tradición no se ha perdido, contemplándose en el uso de los trajes actuales. Como ofrenda a estos espíritus y para garantizar una buena cosecha se dejaban regalos fuera, para pacificar el mal. La práctica de la adivinación fue algo muy común en el Samhain, sobre todo para dar respuestas a preguntas de niños. Desde el siglo XVI se sabe que los niños recorrían las calles con sus linternas talladas, principalmente nabos, haciendo trucos a cambio de golosinas.
La práctica del ahuecamiento y tallado de calabazas, se remonta a sus orígenes celtas. La talla de verduras servía para proteger al portador de los espíritus malignos que rondaban durante el festival del fin de año. El uso de la calabaza es más reciente, convirtiéndose en una parte instrumental de Halloween desde su llegada a América, en 1840, por su fácil tallado. Los inmigrantes irlandeses transmitieron sus costumbres en el nuevo continente, cobrando la leyenda de “Jack el Tacaño” gran protagonismo.
Actualmente los fantasmas que se representa en esta fiesta son cada vez más terroríficos. Creemos en supersticiones que hacen que evitemos cruzarnos con un gato negro ya que da mala suerte, pasar por debajo de unas escaleras, romper espejos o derramar sal.
Aunque muchos la consideran una fiesta con fines comerciales, lo cierto es que sus orígenes son muy antiguos, y conocerlos y que se conserven hacen más fuertes la cultura y la historia que el hombre ha creado.