El mundo laboral es algo a lo que tarde o temprano tenemos que enfrentarnos. Si pasar una entrevista de trabajo es una meta a alcanzar, comenzar a trabajar en un sitio nuevo despierta nerviosismo y curiosidad. Que nuestras expectativas se vean favorecidas por cambios y logros personales vendrán marcados fundamentalmente por el ambiente laboral.
El ambiente o clima laboral se ha convertido en el factor determinante para el buen desarrollo de éste, siendo clave para la consecución de objetivos como el aumento de la productividad, la expansión, el posicionamiento de la empresa y la obtención de la máxima eficiencia posible.
Pero, ¿quiénes determinan si el ambiente laboral es bueno o malo? ¿qué marca esta clasificación? ¿de quién depende?, ¿cuáles son las claves para detectar que estás en un buen ambiente laboral?
Un buen ambiente laboral debe venir marcado por la Dirección. Si la empresa cuenta con un Departamento de Recursos Humanos éste va a jugar un papel clave, ya que debe garantizar aspectos positivos como la motivación, la flexibilidad horaria y la conciliación laboral.
Esta clasificación viene dada por el nivel de bienestar de los que se mueven en él, por lo tanto, va a depender de los trabajadores, de sus relaciones interpersonales, y de la relación de éstos con el propietario. A estos aspectos hay que unir condicionantes como el medioambiente y el entorno de la empresa, los factores psicológicos y sociales de los trabajadores y los sub ambientes generados en áreas pequeñas.
Una empresa tiene que tener claro los objetivos, establecido un plan, y marcada una organización, y debe ser conocido por todos los trabajadores para que sean partícipes directos del rumbo marcado, haciendo que una buena coordinación influya positivamente en el ambiente laboral.
Las leyes en materia laboral marcan unas pautas, pero hay puntos que no vienen establecidos en leyes, y que se pueden promover como estrategias para fomentar el buen clima. El acceso a la información, la formación, y todo lo que sea de interés general para la empresa van a ser considerados puntos óptimos en el ámbito laboral creando confianza y seguridad en sus trabajadores. El secretismo y la falta de información influyen de manera negativa, ya que para conseguir los mejores resultados hay que mirar por el interés de la comunidad y no el propio. En este punto, la Dirección tiene un papel fundamental, transmitiendo confianza y seguridad, y estableciendo un modelo de liderazgo, promoviendo el diálogo y la participación de todos. La filosofía y los valores los tiene que hacer llegar a toda la comunidad.
Si bien mucho de lo comentado es difícil de definir por su subjetividad hay aspectos objetivos que nos permiten definir ambientes laborales positivos, como los llamados “Escéptico abierto”, donde todo el mundo puede opinar, o el “ambiente sin paredes”, donde los espacios abiertos dan unidad y cohesión a la plantilla.
Esto nos ha llevado a lo que se conoce como Employer Branding, donde una compañía no solo se vende a sus clientes, sino a sus posibles candidatos, convirtiendo el interior de la empresa en su principal imagen de marketing y donde prevalece el talento humano sobre el comprador. El salario emocional, el desarrollo personal, las políticas de conciliación y el ser escuchado hacen que una empresa sea susceptible de ser querida por posibles talentos. Darles protagonismo a los empleados aumenta el grado de fidelización de estos a la compañía, repercutiendo directamente en los objetivos.
¿Cómo fomentar el corporativismo?
Para poder tener un buen ambiente laboral, lo primero que se debe conocer es el que ya existe. Esto se conseguirá a través del feedback, lo que ayudará a la compañía a analizar la retroalimentación de los empleados y crear un clima de mayor motivación, en el que exista una comunicación abierta, entendimiento, respeto, confianza en las habilidades desempeñadas y aceptación de opiniones donde todos los trabajadores se sentirán seguros formando parte de un equipo unido.